Lo que ven los ojos de los niños

lunes, 4 de abril de 2011

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Si hay un libro donde la mirada poética se convierte en peregrina de su objeto inalcanzable es O que ven os ollos dos nenos, del poeta gallego Antonio García Teijeiro. Libro de miradas, páginas de hondas pupilas, de palabras que miran parándose de puntillas lo que sucede en Chiapas, en Sudán, en Kosovo. en el mundo entero, donde los ojos que se abren para el amor y el asombro lo hacen sobre escenas que la memoria quisiera borrar, quisiera revertir a su causa última para impedirla, para segarla en su mismo nacimiento de injusticia, de incomprensión, de crueldad.

Estas palabras que miran no eluden las vistas del dolor y la miseria, pero se hacen bálsamo de sí. Peregrinas, dijimos, caminan hacia la voz de los poetas que el poeta ama y de ellas extrae consuelo para esos ojos que tratan de entender lo que los rodea, para estos ojos con los que tratamos de dar sentido a la injusticia y a la pena que se clava en los niños que nacen en las cunas negras de la guerra, del hambre, de la explotación y de la ignorancia.

A nena soña con Federico.
Porque Federico encheu de cores o seu
corazón de sombras.
Porque Federico fixo que soara para ela
unha morea de campás perdidas.
Porque Federico lle prometeu que mantería 
sempre a súa alma de nena.

Una lágrima sube del corazón de la página al corazón de la mirada. Bagoa que se va muy lejos, como viajan las lágrimas y las nubes, que quisiera abrazar y consolar, y explicar y transformar, que huele el humo y el frío y que desde el aire de los libros al aire de las cosas lee acompasada de compasión con el poeta que escribe:

Vai frío en Chiapas.
A nena escoita falar dende hai algún
tempo de Chiapas.
O pai fala de Chiapas.
A nai fala de Chiapas.
Demasiada xente está a falar de Chiapas.
A nena mira dúas fotos no xornal que está
encol da mesa da sala.
Sente arrepíos. Escoita o horror.

Lo que ven los ojos de los niños es transmitido por Antonio García Teijeiro con dulzura y profundidad, con una compasión no exenta de crítica. Crítica a la sociedad que permite y fomenta el sufrimiento y la pobreza, a los intereses cobardes y anónimos que fabrican huérfanos y maquilan hambre, a la falsa beneficencia. Se va a mirar a la raíz del ojo, a la mirada de la piel, a la inefable poesía de los que por ser pequeños y maltratados no encuentran palabra ni para reclamar ni para llorar ni para nada. Y el poeta Antonio hecho mirada tan sufriente y muda como las que escribe, dibuja para esos nenos y esas nenas una pregunta en candela, una palabra de lágrima, una ventana en la página y los puntos suspensivos que buscan, del otro lado de la sombra, una sombra de esperanza.

E ela, que hai ben tempo que non chora,
pregúntase: "¿Por que choran os lagartos?"
E alá, ó lonxe, como ocorre tan a miúdo,
o eco fai que se perda reseca a súa
esperanza.


O que ven os ollos dos nenos
Antonio García Teijeiro
Il.- Fino Lorenzo
Edicions Xerais de Galicia, 2000
Con la tecnología de Blogger.